Los productos de maquillaje correctores permiten tapar las imperfecciones y obtener, en pocos gestos, un rostro más natural y sin defectos. El principio de este maquillaje se basa en la corrección por el color. El principio de la corrección por el color, en pintura, se utiliza el principio de oposición de colores simbolizados por el círculo cromático, principio según el cual la intensidad de un color se atenúa cuando se le añade su opuesto.
El círculo cromático
De esta manera, sobre el círculo cromático, el verde es el color opuesto al rojo, y el amarillo, el opuesto al azul. Mezclados de dos en dos, estos colores opuestos se neutralizan. Los maquillajes correctores aplican este principio en su gama de productos correctores para corregir las discromías más comunes. El interés de utilizar un producto corrector previamente está en el poder de aligerar el color del rostro para que, cuando se aplique el maquillaje, se garantice el resultado más natural posible.
Desarrollo del maquillaje corrector
En unos simples pasos, es posible disimular cualquier defecto y obtener una tez unificada y perfectamente natural.
Neutralizar: las discromías en rojo (granos, rojeces, marcas de nacimiento, cuperosis…) se neutralizan con un corrector de color verde; en aquellas en las que domina el azul (edemas, varices…) se utiliza un corrector amarillo.
Corregir y unificar: después del primer paso, se utilizan las cremas compactas o los fondos de maquillaje fluidos. Formulados para las pieles sensibles, estos productos maquillan y camuflan de manera muy natural las imperfecciones gracias a un excepcional poder cubriente.
Fijar y sublimar: los polvos mosaico fijan el maquillaje (polvo translúcido) y esculpen el rostro (polvo solar). Esperamos que esto os ayude a la hora de elegir el corrector que necesitéis en cada momento y según vuestras necesidades.